#EURESSTORY #Alemania Hoy compartimos la experiencia de
Safae que lleva ya 10 meses en Alemania y nos lo cuenta:
A falta de unos meses de graduarme en el Grado en Administración y Dirección de
Empresas y aún realizando mi Trabajo de Fin de Grado, acabé aterrizando en
Alemania. Mi nombre es Safae El Malha Ghailan, tengo 22 años, soy de La Rioja
pero de origen marroquí y me gustaría contaros un poco sobre mi experiencia con
el Programa EURES y como llegué a formar parte de la Sparkasse Elbe-Elster en
Alemania. Mi historia es un poco larga, pero intentare resumirla lo mejor
que pueda. Hace prácticamente un año me
encontraba en mi último año de la carrera, trabajando en mi proyecto de fin de
grado y haciendo las prácticas en la entidad financiera de Ibercaja. Pero como
toda estudiante universitaria de último año, me preocupaba sinceramente qué haría después de graduarme.
En parte, me planteaba seguir estudiando un máster en la
dirección de mi carrera, por otra parte pensaba en dedicarme a perfeccionar los
idiomas que ya tenía y al mismo tiempo trabajar para poder costearme un máster
en el extranjero o buscarme unas prácticas con las que adquirir experiencia y poner
en práctica los idiomas. La idea de emprender una nueva experiencia en el
extranjero se me hacía más llamativa, ya que el año anterior ya había estado de
Erasmus en Italia. Con 21 años y ganas de comerme el mundo, estaba buscando
algo más, aunque no sabía exactamente qué en ese momento. Lo que sí tenía claro
es que quería seguir formándome y conseguir mis objetivos.
Después de estar largo tiempo informándome sobre posible másteres, becas y salidas
profesionales por las que podría decantarme, pedí consejo a mis compañeros de
oficina de Ibercaja, los cuales se interesaron por ayudarme y me recomendaron
acudir a Eures, de la Dirección General de Empleo de nuestra ciudad, en
Logroño, donde podrían asesorarme mucho mejor. A través de esta institución supe que estaba abierto el
plazo para inscribirse a una nueva convocatoria que se adaptaba a mi perfil de
estudio. La oferta consistía en una formación dual en Alemania para Técnico
especializado de banca, con un contrato de tres años, compaginando el estudio
teórico de la escuela de banca con la práctica en las instalaciones y con
posibilidades de un contrato de trabajo fijo una vez acabada la
especialización. Además, la propia empresa te facilitaba el aprendizaje del
idioma con profesores particulares antes y después de que empezase el estudio,
así como el alojamiento durante el tiempo de la formación. Siendo sincera, la
oferta era bastante atractiva, aunque encontraba varios puntos en contra. Por
un lado, aunque tener el idioma no era en principio un requisito imprescindible
para inscribirse, yo sabía que jugaría en desventaja respecto al resto de
candidatos. Por otra parte, la formación
duraría tres años y me parecía bastante larga para estar lejos de mi familia. Y
el mayor inconveniente de todos era que el plazo de inscripción finalizaba al
día siguiente. Sin habérmelo pensado ni siquiera 24 horas y con el apoyo de los
que me rodeaban, la estrategia fue ...
¡Safae, apúntate y ya luego veremos!
Una vez inscrita,
empezó el proceso de selección. La primera reunión fue con los técnicos EURES
de Berlín y los de La Rioja en Logroño y a partir de ahí fueron unas cuantas
entrevistas más. Dos meses después recibí uno de los últimos correos en los que
se me comunicaba que durante unos días en abril se encontrarían en La Coruña un
grupo de trabajadores de la Sparkasse Elbe-Elster, entre los que estarían el
Director General y el Director de Recursos Humanos, que querían concertar entrevistas
con los candidatos que seguían en el proceso.
Os voy a poner en situación, La Coruña está a once horas de
tren desde Logroño, lo que supone un viaje de 22 horas entre ida y vuelta, y no sabía ni siquiera cuántos candidatos
quedábamos desde la primera sesión informativa. Finalmente, decidí acudir a la
entrevista, en la que me encontré con el resto de candidatos. Un par de semanas
más tarde, contactaron conmigo para confirmarme que había pasado todo el
proceso y… ¡estaba admitida! Era mi oportunidad de decidir si estaba dispuesta
a quedarme con la vacante. Pero, antes de tomar mi decisión, me invitaban a
conocer durante tres días la región, las instalaciones y la ciudad en la que
viviría durante tres años, como mínimo. En ese momento no me lo creía, al leer
el email me costó asimilarlo. A principios de mayo, fuimos invitados los dos
únicos seleccionados.
Durante esos días, me quedé impresionada no sólo por el
trato por parte de todos los directores y el personal que iba conociendo, sino
también por la motivación transmitida por entrar en la compañía. Sin pensármelo dos veces, decidí quedarme con
el puesto. Era la oportunidad o experiencia que realmente estaba buscando. Dos
semanas más tarde, con un cúmulo de sensaciones, curiosidad y mi Trabajo de Fin
de Grado metido en la maleta llegué a la región de Elbe-Elster. En menos de
cuatro meses mi vida dio un giro de 180°, estaba en un país totalmente
distinto, aprendiendo un idioma totalmente nuevo, y conviviendo con una familia
que no conocía de nada, pero a la vez, tendría que seguir trabajando en mi TFG
para poder graduarme.
Toda la ayuda y las comodidades ofrecidas por el personal de
la compañía han sido y son impresionantes, interesándose por conseguir que sus
nuevos estudiantes extranjeros aprendan el idioma y que consigan desarrollar la
formación de la mejor manera posible. Para conseguir un aprendizaje más rápido
del idioma, durante los primeros meses me alojaron con una familia alemana y
creo que más suerte no podría haber tenido: me trataron como una más de la
familia, enseñándome en todo momento su idioma, cultura e integrándome en su círculo
de conocidos y amigos.
Desde la primera semana ya teníamos profesoras particulares
de alemán para los dos seleccionados. Ya
hacía tres años que la Sparkasse de Elbe-Elster integraba a un par de
estudiantes de la Unión Europea por año, así que no éramos los primeros
extranjeros totalmente; ya había compañeros de años anteriores procedentes de
España, Polonia, Grecia y Bulgaria.
Entre las primeras impresiones me impactó el trato, la
atención y la motivación dispensada, no solo por parte del departamento de
recursos humanos y por parte de las profesoras, sino también desde el propio
director general, hasta todos los compañeros y trabajadores a los que he ido y
voy conociendo. A partir de septiembre
ya dejé de ser practicante y ahora formo parte como “Azubi”, estudiante-aprendiz,
con el resto de compañeros alemanes.
Actualmente compaginamos las semanas de escuela de banca con las semanas
de trabajo, sin dejar de lado las clases de alemán. El estudio ofrecido cubre
en profundidad todas las dimensiones del ámbito bancario: trato directo con los
clientes, créditos, ahorro de vivienda, finanzas, inversiones, seguros, etc.
Conociendo también las distintas funciones o profesiones desarrolladas en los
diversos departamentos de la misma.
Tengo que reconocer que no es fácil, siempre se presentan
dificultades tanto en la escuela de banca como en el trabajo, o simplemente en
la vida diaria. Sin embargo, lo que sí puedo asegurar es que con motivación,
ganas de aprender y mucho, mucho trabajo, todo se consigue. Cada día es un
nuevo reto, lleno de cientos de palabras por traducir y aprender.
Hoy me siento afortunada y agradecida por
tener esta oportunidad, de formar parte de un equipo altamente profesional en
el que puedo perfeccionar mi formación a la vez de disfrutar de esta nueva
aventura.
Me alegra leer que la experiencia fue positiva, de ahí que siempre sea bueno estudiar clases de ingles, un saludo!
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